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2024-03-28 09:37:03

Biden deja Irlanda emocionado y arropado por sus “primos” celtas

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Dublín (EFE).- El presidente estadounidense, Joe Bien, concluyó este viernes su visita a la isla de Irlanda entre altas dosis de emoción por el regreso a sus orígenes celtas y las celebraciones del 25 aniversario del histórico acuerdo del Viernes Santo, que puso fin al conflicto.

“Me hacéis sentirme orgulloso”, les dijo a las miles de personas que se congregaron ante la catedral de Ballina, en el condado de Mayo (oeste), para escuchar su último discurso de esta gira de cuatro días, la más larga de un mandatario de EE.UU. a este país.

La familia es “el comienzo, el medio y el final, así son los irlandeses”, aseguró Biden al señalar a los primos lejanos que aún viven en esa localidad, desde la que emigró a Estados Unidos su trastatarabuelo Edward Blewitt a mediados del siglo XIX para huir de la Gran Hambruna irlandesa (1845-1849).

“Pero creo que nunca imaginó que su trastataranieto regresaría 200 años después como presidente de los Estados Unidos de América.

Es increíble de verdad”, destacó Biden, quien partirá pasada la medianoche de este viernes desde Dublín a Delaware (EE.UU.).

Así puso el punto final a una visita que ha tenido dos fases claramente diferenciadas.

La gira del mandatario demócrata fue breve y fría en Irlanda del Norte, que le recibió el martes con fuertes medidas de seguridad por el repunte de la amenaza terrorista y la indiferencia de los unionistas protestantes y probritánicos, que le consideran, por sus antecedentes católicos, más próximo a Dublín que a Londres.

La frágil paz e el Ulster

Durante las escasas 15 horas que estuvo en Belfast, Biden se tomó un café con el primer ministro británico, el conservador Rishi Sunak, en una reunión de unos 30 minutos y pronunció un discurso en el nuevo campus de la Universidad del Ulster para defender el proceso de paz e instar a los políticos locales a resolver sus diferencias.

Este clima de tensión le impidió visitar el castillo de Stormont, la sede de la Asamblea autónoma norirlandesa y cuyo Gobierno de poder compartido está suspendido desde hace más de un año por el rechazo del Partido Democrático Unionista (DUP), segunda fuerza, a los arreglos del Brexit para la provincia.

Aunque sus llamamientos al entendimiento fueron “mesurados”, según reconoció el líder del DUP, Jeffrey Donaldson, el ala dura del partido le criticó con saña, incluida su ex ministra principal Arlene Foster, quien dijo que “odia el Reino Unido”.

A Biden, no obstante, le cambió la cara nada más cruzar la frontera invisible que separa el norte y sur de la isla, y ya en la República comenzó a repartir sonrisas, mezclarse con sus “paisanos” e insistir en sus raíces irlandesas.

Biden pone punto final a la gira de cuatro días con su visita al condado de Mayo, Irlanda. EFE/EPA/TOLGA AKMEN

“El sonriente Joe”, como le bautizó la prensa local, “había vuelto a casa” y Dublín le tendió la alfombra roja.

En la capital irlandesa, se reunió con el presidente irlandés, Michael D. Higgins, y el primer ministro, Leo Varadkar, con quienes abordó asuntos bilaterales y de la estrecha relación entre ambos países, sin dejar de lado el cumpleaños del proceso de paz y su actual crisis.

Por ello, Biden, en una histórica intervención el jueves en el Parlamento de Dublín, reunido en sesión conjunta, volvió a pedir al Reino Unido e Irlanda que estrechen su cooperación.

Les instó a que colaboren para lograr que el DUP acepte formar gobierno con el nacionalista Sinn Féin, primera fuerza norirlandesa, reconociendo así que las relaciones entre ambos países se han deteriorado en los últimos años por el Brexit.

El propio presidente ha sido muy crítico con la gestión de la salida de la Unión Europea (UE) llevada a cabo por el Ejecutivo británico, sobre todo durante las etapas de Boris Johnson y Lizz Truss.

Biden llora recordando a su hijo fallecido

Pero la emociones fuertes para Biden, de 80 años, llegaron en el último día de la gira en el condado de Mayo (oeste), donde tenía actos programados hoy para reencontrase con sus parientes y ahondar en sus raíces.

Lo que no esperaba el mandatario era coincidir en una parada del itinerario en el Santuario de Nuestra Señora de Knock con el sacerdote que impartió los últimos sacramentos a su hijo Beau Biden, quien falleció de cáncer en 2015.

Ese encuentro “espontáneo” hizo llorar al presidente, según explicó el párroco local Richard Gibbons, quien le hizo de guía y contó después que el capellán que atendió a Beau en sus últimos momentos, Frank O’Grady, trabaja ahora en el santuario.

“Me habló de su familia, de su conexión con su fe y también de su hijo. Y de repente, de manera espontánea, nos dimos cuenta de que tenemos trabajando aquí al capellán que administró los últimos sacramentos a su hijo en Estados Unidos”, relató Gibbons a la cadena BBC.

El sacerdote calificó el suceso de “extraordinario”, pues reconoció que no tenía conocimiento alguno al respecto “hasta que llegó el presidente”, quien tuvo la oportunidad después de saludar a todos los religiosos, incluido O’Grady.

“Rió, lloró, como si le volviera todo. Se podía ver cuán profundamente lo sentía y lo que representaba para él. Ha sido una tarde extraordinaria, no lo olvidaré”, agregó Gibbons.


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