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Nieves López Vallejo | Aranda de Duero (Burgos) (EFE).- El festival Sonorama Ribera ha vivido este jueves 10 de agosto la primera de sus noches mágicas en su vigésimo sexta edición. Una noche de luciérnagas y mariposas en la que todo es posible, hasta que brille el sol aunque se roce la medianoche, y en la que la amistad y el reconocimiento han sido protagonistas.
Y todo, por culpa de la gente, los que se han sucedido en los cuatro escenarios habilitados en El Picón y los miles que, desde abajo, han coreado los temas hasta desgañitarse logrando que cada artista se sintiera único.
La propuesta ha sido atractiva para todos. Para calentar motores, según la gente se ha incorporado al recinto festivalero, Sienna y Carlos Sadness. Buenas letras, conectando con el público, grandes músicos y una lograda puesta en escena.
El prólogo perfecto para uno de los nombres que más expectación ha despertado, el Drogas y su homenaje a Barricada por su 40 aniversario.
Ante un público entregado, ha recuperado sus viejos temas, cantando al alimón canciones que ya forman parte de los recuerdos de los amantes del rock, como ‘Oveja negra’, ‘Campo amargo’, ‘Okupación’ o ‘No hay tregua’, para cerrar con ‘En blanco y negro’.
La magia despertada al ritmo de rock ha ido in crescendo durante toda la noche, que se ha convertido en todo un canto a la amistad. Algo que ha permitido que Xoel López aprovechara su concierto para felicitar el cumpleaños a su batería, al que ha dejado por unos instantes demostrando su pericia con las baquetas ante el público o su manager.
El de Elefantes desde el principio se ha aventurado como un concierto especial. Su subtítulo, ‘y amigos’, ha permitido augurar que iban a ser muchas las voces conocidas que iban a compartir escenario con la banda de Shuarma, y así ha sido.
Gabriel de Shinova, para cantar ‘Cada vez’, Alberto de Miss Cafeina para el ‘Te quiero’ de José Luis Perales, el poeta Benjamín Prado prologando la interpretación de Azul con Alberthynni, de Izal, o Rozalén para Al Olvido son los compañeros que han ido subiendo a las tablas.
Y casi sin darse cuenta, se ha llegado a uno de los momentos más esperados no de la noche, sino de todo Sonorama Ribera. Tras varios años ausentes, la vuelta de Lori Meyers, un grupo que como ellos mismos han reconocido ha crecido con Sonorama y que han vivido en la plaza del Trigo uno de los conciertos más especiales de su vida, ha marcado la segunda jornada del festival.
Sobre el escenario han vuelto a dejar constancia de su espontaneidad, de su gran directo, de que son un grupo vivo, en constante evolución que siempre quieren ser mejores y que han colmado las expectativas de un público entregado “como solo hay en Sonorama”.
‘Seres de luz’, ‘Primaveras’, ‘No me merecía la pena’, para cuya interpretación han contado con la artista catalana Kora, ‘El tiempo pasará’ o ‘Hacerte volar’ han ido subiendo el ambiente que ha alcanzado cotas increíbles con su gran éxito, ‘Emborracharme’, y que ha logrado mantenerse hasta que con ‘Alta fidelidad’ han dado por concluida su actuación, pasando el testigo a Miss Cafeina.
Un concierto en el que han recordado, igual que han hecho posteriormente en rueda de prensa, que Sonorama Ribera ha sido el festival que en todo momento ha apostado por la música nacional y que cuando alrededor de 2011 se apostaba por pagar grandes cantidades de dinero por artistas extranjeros, el evento arandino apostó por lo patrio, consiguiendo que sus nombres se hayan convertido en cabeza de cartel.
Una noche tan mágica que, como el director del festival ha reconocido, le ha permitido disfrutar de tres canciones de ‘El Drogas’ y cuatro de Lori Meyers. Y con eso, ya se da por satisfecho. EFE
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