Rituales y despedidas en Sonorama

Aranda de Duero (Burgos) (EFE).- Que Sonorama es un festival especial es una máxima que prácticamente nadie puede discutir. Más allá de su poder de convocatoria, lo que hace que abonos y entradas se agoten en unos días, su capacidad para conformar su cartel con una excelente combinación de grupos noveles y consolidados. Ni siquiera porque lo diga durante su actuación Rafa Val, cantante de Viva Suecia.

Sonorama es un festival especial por el ambiente que inunda cada uno de sus rincones, en el que sobre todo se percibe que uno está entre amigos, da igual si se es artista, trabajador o asistente.

Marc Ros, cantante del grupo Sidonie, se acerca al público durante la actuación de la banda en la madrugada del sábado en el marco del Festival Sonorama 2023 en Aranda de Duero (Burgos). EFE/ Paco Santamaría

Tal vez por ello, ha sido el lugar elegido por Second para despedirse después de 26 años de actividad. Un concierto, el séptimo que ofrece en Sonorama, que ha merecido que el director del festival, Javier Ajenjo, se encargara de presentarles y recordar que la formación murciana logró el premio Battle of Band, lo que les otorgaba la consideración de Mejor Grupo del Mundo.

Un lacónico “hasta siempre” ha sido la fórmula empleada por Sean Frutos para dar por concluidas casi tres décadas de carrera musical conjunta. Dos palabras con las que han puesto término a un concierto en el que han recorrido algunos de los temas de su trayectoria en español, como ‘Mira a la gente’, ‘Nada’ o ‘Rodamos’, antes de despedirse con ‘Rincón exquisito’.

Pero la tercera noche sonorámica ha sido mucho más que el adiós de Second. Ha sido la oportunidad de ver como Las Ginebras se han emocionado durante su actuación al ver cómo estaban en el ‘escenario principal’ que se reclamaba para ellas el año pasado.

Vivir cómo Jorge Drexler ha asumido el reto de actuar en un festival y ha demostrado por qué, como suele referirse a él Ajenjo, colecciona Premios Grammy. Buenas letras, músicos de nivel, conectando con el público desde el principio, ha elegido un repertorio en el que han predominado los ritmos latinos de canciones como ‘Plan maestro’, ‘La edad del cielo’, ‘Guitarra y vos’ y ‘Bolivia’ para culminar con dos de sus temas más conocidos, ‘Sea’ y ‘Todo se transforma’.

Carácter especial

El carácter especial de Sonorama se ha dejado notar durante el concierto de Viva Suecia. Ha bastado marcar el acorde de alguno de sus temas con la guitarra para que las 30.000 gargantas que han asistido a la actuación se lanzaran a cantarlo a capella, como ha ocurrido con ‘Justo cuando el mundo apriete’.

No han dudado incluso en parar la actuación mientras, acompañados de Las Ginebras, interpretaban ‘El bien’, tras percatarse de que alguien se había indispuesto en las primeras filas para retomarla tras asegurarse de que todo iba como el título de la canción.

Un ambiente especial también durante el concierto de Vetusta Morla, el ritual, como le gusta denominarlo a Pucho. Una actuación en la que ha contado con Jorge Drexler, al que ha presentado jugando con su ‘Al otro lado del río’ y Campi para cantar Finisterre y al segundo también para Saharabbey Road. Que no ha dudado en interrumpir mientras ha sonado ‘Copenhage’ para reivindicar el ferrocarril Madrid-Aranda-Burgos para la Ribera, o que ha aprovechado para pedir un aplauso para todos los que se implican en la celebración de festivales como Sonorama.

A altas horas de la madrugada ya han llegado unos viejos conocidos, Sidonie, quienes han cedido el testigo a La Pegatina y estos… en una noche mágica que prologa la fiesta de cumpleaños que se vivirá el sábado con Amaral. EFE